la casualidad

Hace mucho tiempo que me he dado cuenta de que las casualidades no existen porque sí. Una casualidad no deja de ser un punto de encuentro de diversas circunstancias que se presentan juntas para pensar sobre ellas. Hace escasos minutos se me presentó una persona que está en el equipo de forma temporal para decirme que se presentaba a un puesto en otro departamento. Hoy estábamos hablando en la comida del posicionamiento ante los cambios. Por la mañana mi jefe me hablaba sobre la agenda de la próxima semana en la que se hablará definitivamente de la venta de la empresa. Hace unos instantes, antes de escribir en este blog, me encontré releyendo alguna carta de presentación que había escrito en el último cambio profesional. Ante todo esto, me paro a pensar, que es lo que hay que hacer en estos casos, y pienso en lo que me ha hecho sentir la persona que vino a verme. Venía nerviosa, mirada baja y justificando que buscaba sólo algo más definitivo...que conmigo estaba contenta...Parecía como si sintiera una traición. Ante los cambios, el posicionamiento respecto al caballo ganador hace aflorar sentimientos y emociones que hacen aún más difíciles los procesos. Se deja a un lado esta parte e infravaloramos cómo afecta a la toma de decisiones. Me pregunto si el vicepresidente vendrá la próxima semana con la cabeza baja, nervioso y diciendo que buscaba lo mejor para todos, que estaba contento con nosotros, que busca algo más definitivo...sitiendo una traición. Al menos, y por casualidad, sé lo que se siente.